miércoles, 22 de junio de 2011

Fragmento IV

Eres la traducción de todos mis anhelos
y la resurrección de mi esperanza,
el amanecer de un sol nuevo,
brisa que refresca con suave bonanza.

En tú pecho cálido y palpitante
se encuentra escondido un brillante tesoro,
me acerco con cautela
no quiero perder ese latido sonoro.

Con la misma delicadeza con la que sostienes una flor,
y la misma fuerza que soportas al mundo,
vienes a mi con un ritmo sin rumbo,
andando entre notas de suave color.

Llegas y tan intempestivo como puntual,
no es necesario buscarte para poderte encontrar,
llegas para no irte mas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario