martes, 21 de diciembre de 2010

Insomnio

Desperté vomitando memorias absurdas de todo lo que me duele recordar, mirando la nada, empañando el entorno con agua y sal; mi cama esta fría, mi cuerpo esta frio, inmóvil, mantengo la cabeza en la almohada, húmeda de tanto llover.
    Tú recuerdo invade la habitación, colandose por debajo de la puerta, te veo entrar y hablarme, no escucho, pienso en mi, pretendo levantarme, de verdad lo quiero pero...mi cuerpo no responde.
     Sigo ahí, boca abajo en la cama, tu fantasma se vuelve real, volteas hacia mi, descubres del cabello mi rostro, tu expresión es extrañas, me miras horrorizada, gritas, no alcanzo a entender porque, intento tranquilizarte, ¡no puedo!.
     -Pero..¿que?, ¿que me pasa?-, corres fuera de la habitación,-¡espera!¡no me dejes!- siento lágrimas correr de desesperación, mis ojos fijos esperando verte de nuevo en la puerta acercándote a mi.-¡Regresa!¡ayudame!-grito, no hay respuesta. Mi voz parece nunca haber salido de mi boca.
     Regresas y lloras, poso mi mano sobre ti, me ignoras, buscas algo en la habitación, nada, nada, algo al pie de la cama llama tu atención,con temor levantas el pequeño frasco oscuro, intento hablarte de nuevo, no me oyes, tu expresión no deja de cambiar,-¡estoy asustado!,¿que me pasa?¡ayudame por favor!-te levantas de la cama, tiemblas, arrojas con violencia el frasco contra la pared. No entiendo.
     Me miras a los ojos arrodillada frente a la cama,-no debiste...¡no debiste!-tomaste mi mano,-¿porque?-preguntaste, quise responder, tomar tu mano y abrazarte, decirte que todo estaría bien, pero no lo hago, no me muevo, no veo nada, has cerrado mis ojos, escucho tu voz como un leve murmullo entre sollozos; de la noche anterior solo recuerdo nuestra acalorada discusión, el insomnio fatal, un par de pastillas, después nada mas.

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